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vivamente cuando los dos actos se oponen entre sí por su significado, de
manera que uno supone la cesación del otro: Paseando por la plaza, le detuvo
la policía. El aspecto durativo expresado por el gerundio explica las frases
verbales que forma con estar, ir, venir y otros auxiliares.
La forma compuesta se expresa con el auxiliar haber: Habiendo
estudiado la
proposicion de usted, me resuelvo a aceptarla. Significa anterioridad, más o
menos mediata, y es perfectiva, como todas las formas compuestas del verbo.
La ú nica preposición que puede acompañarle es en. Con ella expresa
modernamente anterioridad inmediata: en acabando de comer, saldré
contigo. Su uso decrece visiblemente en nuestros días, a causa de que la
sustutuyen con ventaja otras expresiones de la sucesión inmediata, como
luego que, en cuanto acabe etc.
El gerundio admite pronombres enclíticos, pero nunca proclíticos:
dicié ndome, levantándose, habié ndolo examinado.
Gerundio como adverbio. La función más general del gerundio es la de
modificar al verbo como un adverbio de modo: contestó llorando, viene
volando, pasa corriendo, hablaba gritando. Se coloca generalmente detrás
del verbo.
Del mismo modo que algunos adverbios admiten sufijos diminutivos
(cerquita, lejitos), ciertos gerundios, en número limitado, pueden llevarlos
también: vino callandito; Voy volandito. Estos diminutivos son frecuentes en
el lenguaje familiar y popular. El gerundio en su significación adverbial no
deja de ser verbo. Viene a ser una acción secundaria que se suma a la del
verbo principal modificándola o describiéndola. El sujeto es, naturalmente, el
mismo del verbo principal.
Cuando no hay verbo principal a quien referir el gerundio, éste
adquiere carácter de participio activo del sujeto. Por ejemplo, al pie de
grabados y fotografías o en títulos de relatos y descripciones, es frecuente
leer: César pasando el Rubicó n; Las ranas pidiendo rey. Se alude en estos
casos a la acción en transcurso, en su producirse, es decir, mientras o cuando
se producía. Este sentido de acción cursiva explica también el gerundio
independiente en oraciones exclamativas del tipo: ¡ Siempre amenazando!
¡ La ciudad prosperando!, etc. Sin carácter exclamativo se usa también en
frases narrativas independientes: Trabajando; Pasando el rato. Estas frases
aparecen sobre todo en el diálogo. Los gerundios ardiendo e hirviendo han
llegado a funcionar como adjetivos aplicables a cualquier sustantivo sin
perder por ello su significado de acción en curso imperfectivo: agua
hirviendo, un horno ardiendo. La Academia Española aprueba el empleo
adjetivo de estos dos gerundios.
Gerundio referido al sujeto. Cuando el gerundio se refiere al sujeto, tiene
carácter explicativo: Me puse a contemplar el paisaje, dejando a un lado mis
preocupaciones. En este caso el gerundio enuncia una acción secundaria del
8 vivamente cuando los dos actos se oponen entre sí por su significado, de manera que uno supone la cesación del otro: Paseando por la plaza, le detuvo la policía. El aspecto durativo expresado por el gerundio explica las frases verbales que forma con estar, ir, venir y otros auxiliares. La forma compuesta se expresa con el auxiliar haber: Habiendo estudiado la proposicion de usted, me resuelvo a aceptarla. Significa anterioridad, más o menos mediata, y es perfectiva, como todas las formas compuestas del verbo. La única preposición que puede acompañarle es en. Con ella expresa modernamente anterioridad inmediata: en acabando de comer, saldré contigo. Su uso decrece visiblemente en nuestros días, a causa de que la sustutuyen con ventaja otras expresiones de la sucesión inmediata, como luego que, en cuanto acabe etc. El gerundio admite pronombres enclíticos, pero nunca proclíticos: diciéndome, levantándose, habiéndolo examinado. Gerundio como adverbio. La función más general del gerundio es la de modificar al verbo como un adverbio de modo: contestó llorando, viene volando, pasa corriendo, hablaba gritando. Se coloca generalmente detrás del verbo. Del mismo modo que algunos adverbios admiten sufijos diminutivos (cerquita, lejitos), ciertos gerundios, en número limitado, pueden llevarlos también: vino callandito; Voy volandito. Estos diminutivos son frecuentes en el lenguaje familiar y popular. El gerundio en su significación adverbial no deja de ser verbo. Viene a ser una acción secundaria que se suma a la del verbo principal modificándola o describiéndola. El sujeto es, naturalmente, el mismo del verbo principal. Cuando no hay verbo principal a quien referir el gerundio, éste adquiere carácter de participio activo del sujeto. Por ejemplo, al pie de grabados y fotografías o en títulos de relatos y descripciones, es frecuente leer: César pasando el Rubicón; Las ranas pidiendo rey. Se alude en estos casos a la acción en transcurso, en su producirse, es decir, mientras o cuando se producía. Este sentido de acción cursiva explica también el gerundio independiente en oraciones exclamativas del tipo: ¡ Siempre amenazando! ¡La ciudad prosperando!, etc. Sin carácter exclamativo se usa también en frases narrativas independientes: Trabajando; Pasando el rato. Estas frases aparecen sobre todo en el diálogo. Los gerundios ardiendo e hirviendo han llegado a funcionar como adjetivos aplicables a cualquier sustantivo sin perder por ello su significado de acción en curso imperfectivo: agua hirviendo, un horno ardiendo. La Academia Española aprueba el empleo adjetivo de estos dos gerundios. Gerundio referido al sujeto. Cuando el gerundio se refiere al sujeto, tiene carácter explicativo: Me puse a contemplar el paisaje, dejando a un lado mis preocupaciones. En este caso el gerundio enuncia una acción secundaria del
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