Leamos en Espanol. Крючкова В.В. - 12 стр.

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La habrán limpiado insinua Emilio Melón.
Oíga, no bromee. En este páis no se limpian las calles tan rápido. He
encontrado manchas rojas, pero no eran de sangre, sino de pintura. Ademds
he encontrado un dedo de poliéster. Es un plástico que usan los escultores.
He ido a la Escuela de Bellas Artes y he preguntado a un profesor si conocia
a alguien con un Volkswagen de color verde oscuro. ¡Claro que lo conocía!
Es un estudiante de la clase de escultura. Por suerte estaba allí, en la
cafetería, con sus amigos, los otros «estudiantes de Medicina». Lo han
cantado todo. Es un truco que han hecho ya varias veces: colocan una
escultura de plástico en una bici. Uno de ellos se pone junto a la puerta del
restaurante Quijano y, cuando ve a algún cliente que cena solo y bebe más
de la cuenta, le sigue hasta el cache. Como tiene que salir del aparcamiento
justo por aquella calle oscura, el joven hace una señal a sus compañeros,
que llevan una bata de medico y están en la misma calle un poco más abajo.
Éstos, cuando pasa el cache, le echan la bicicleta con «el ciclista» y, bueno,
ya conoce usted el resto.
¡Canallas! exclama Emilio Melón.
Lo sospeché cuando me dijo usted que eran estudiantes de Medicina y
que se lo habían llevado en un coche sin esperar a una ambulancia y, además,
que la mano se habia separado del cuerpo. Hombre, una mano de verdad no se
separa así como así.
Desde luego dice el señor.
Generalmente la gente paga y calla continúa el detective . Son muy
listos porque no piden mucho dinero. Pero, bueno, con usted han tenido mala
suerte. Usted ha sido honrado y ha querido conocer al «ciclista» para indemnizarle.
1. Había bebido demasiado alcohol.
2. Nada, ni un poco.
3. Tan fácilmente, con tanta facilidad.
    — La habrán limpiado — insinua Emilio Melón.
    — Oíga, no bromee. En este páis no se limpian las calles tan rápido. He
encontrado manchas rojas, pero no eran de sangre, sino de pintura. Ademds
he encontrado un dedo de poliéster. Es un plástico que usan los escultores.
He ido a la Escuela de Bellas Artes y he preguntado a un profesor si conocia
a alguien con un Volkswagen de color verde oscuro. ¡Claro que lo conocía!
Es un estudiante de la clase de escultura. Por suerte estaba allí, en la
cafetería, con sus amigos, los otros «estudiantes de Medicina». Lo han
cantado todo. Es un truco que han hecho ya varias veces: colocan una
escultura de plástico en una bici. Uno de ellos se pone junto a la puerta del
restaurante Quijano y, cuando ve a algún cliente que cena solo y bebe más
de la cuenta, le sigue hasta el cache. Como tiene que salir del aparcamiento
justo por aquella calle oscura, el joven hace una señal a sus compañeros,
que llevan una bata de medico y están en la misma calle un poco más abajo.
Éstos, cuando pasa el cache, le echan la bicicleta con «el ciclista» y, bueno,
ya conoce usted el resto.
    — ¡Canallas! — exclama Emilio Melón.
    — Lo sospeché cuando me dijo usted que eran estudiantes de Medicina y
que se lo habían llevado en un coche sin esperar a una ambulancia y, además,
que la mano se habia separado del cuerpo. Hombre, una mano de verdad no se
separa así como así.
    — Desde luego — dice el señor.
    — Generalmente la gente paga y calla — continúa el detective —. Son muy
listos porque no piden mucho dinero. Pero, bueno, con usted han tenido mala
suerte. Usted ha sido honrado y ha querido conocer al «ciclista» para indemnizarle.


    1. Había bebido demasiado alcohol.
    2. Nada, ni un poco.
    3. Tan fácilmente, con tanta facilidad.

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