Problemas ecologicos y proteccion del medio ambiente. Крючкова В.В. - 8 стр.

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Cuando finaliza la jornada ha recibido los mismos impactos auditivos que si
trabajase con un martillo neumático ɨ fuese guitarrista de un grupo de rock.
Investigadores médicos aseguran que a partir de estos niveles medios
(alrededor de 80 dB), a los que está sometido el 70 % de la población española,
aparecen determinados síntomas, como insomnio, envejecimiento precoz,
hipertensión, disfunciones varias, disminución de la productividad ɭ de la
capacidad sexual, cefaleas ɭ, ɪɨɝ supuesto, hipoacusia (sordera generalmente
irreversible). Entre los 30 ɭ los 60 dB se ven afectadas las actividades
intelectuales; a partir de los 85 se producen lesiones auditivas, ɭ desde los 100
en adelante, el riesgo es padecer sordera.
Actualmente todos los ayuntamientos de las grandes ciudades toman
medidas para controlar los ruidos. Mediciones, elaboración de pianos acústicos,
patrullas especiales de la Policía Municipal para revisar vehículos...
Plácido Pereda, jefe de la sección de niveles sonoros de la Agenda del
Medio Ambiente del Ayuntamiento de Madrid, está convencido de que el futuro
sonoro de las grandes ciudades «pasa inevitablemente por la educación
medioambiental (lo que para unos es sonido para los demás puede ser ruido) ɭ
ɪɨr una planificación urbana sólida (separar las zonas con exigencias acústicas
diferentes ). En los espacios ya construidos de las grandes ciudades, la solución
hay que buscarla a largo plazo, limitando el tráfico ɭ reduciendo las velocidades
máximas en determinadas zonas. No podemos olvidar que el tráfico es la causa
del 90 % de los ruidos urbanos . También serían buenas medidas recuperar el
uso del tranvía ɨ del trolebús y, por supuesto, apostar por los automóviles
eléctricos».
España es el país más ruidoso del mundo, según datos de la Organización
Mundial de la Salud, después de Japón. Estudios de la Organización de las
Naciones Unidas demuestran que alrededor del 25 % de la población de las
grandes ciudades sufre trastornos auditivos. La contaminación acústica se ha
convertido en los últimos años en una forma grave ɭ espcífica de polución
urbana, que afecta profundamente a los habitantes de las grandes ciudades.
Hasta hace no mucho tiempo, este tipo de degradación ambiental ha pasado
inadvertido para ecologistas, asociaciones de protección de la naturaleza ɭ
ciudadanos de a pie. El ruido de bocinas, motocicletas de escape libre,
taladradoras, atascos, martillos neumáticos, gritos humanos ɭ ladridos animales,
discotecas, aviones ɭ ambulancias ha pasado a formar parte de la banda sonora
de la ciudad, ɭ sus habitantes se han acostumbrado a vivir con esta
ensordecedora música de fondo. Hace una década, el doctor Mustafá Kamal
Tolba, entonces director ejecutivo del Programa de las Naciones Unidas para el
Medio Ambiente (PNUMA), colocó el ruido en cabeza de las listas de
contaminates. «Es más difícil tomar medidas contra el sonido, como
contaminante acústico, que contra la propia contaminación del agua ɨ del aire»,
aseguró. «El ruido es omnipresente ɭ tiende a aumentar en la medida del
incremento industrial mundial, sobre todo debido al aumento del parque
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Cuando finaliza la jornada ha recibido los mismos impactos auditivos que si
trabajase con un martillo neumático � fuese guitarrista de un grupo de rock.
       Investigadores médicos aseguran que a partir de estos niveles medios
(alrededor de 80 dB), a los que está sometido el 70 % de la población española,
aparecen determinados síntomas, como insomnio, envejecimiento precoz,
hipertensión, disfunciones varias, disminución de la productividad � de la
capacidad sexual, cefaleas �, ��� supuesto, hipoacusia (sordera generalmente
irreversible). Entre los 30 � los 60 dB se ven afectadas las actividades
intelectuales; a partir de los 85 se producen lesiones auditivas, � desde los 100
en adelante, el riesgo es padecer sordera.
       Actualmente todos los ayuntamientos de las grandes ciudades toman
medidas para controlar los ruidos. Mediciones, elaboración de pianos acústicos,
patrullas especiales de la Policía Municipal para revisar vehículos...
       Plácido Pereda, jefe de la sección de niveles sonoros de la Agenda del
Medio Ambiente del Ayuntamiento de Madrid, está convencido de que el futuro
sonoro de las grandes ciudades «pasa inevitablemente por la educación
medioambiental (lo que para unos es sonido para los demás puede ser ruido) �
��r una planificación urbana sólida (separar las zonas con exigencias acústicas
diferentes ). En los espacios ya construidos de las grandes ciudades, la solución
hay que buscarla a largo plazo, limitando el tráfico � reduciendo las velocidades
máximas en determinadas zonas. No podemos olvidar que el tráfico es la causa
del 90 % de los ruidos urbanos . También serían buenas medidas recuperar el
uso del tranvía � del trolebús y, por supuesto, apostar por los automóviles
eléctricos».
       España es el país más ruidoso del mundo, según datos de la Organización
Mundial de la Salud, después de Japón. Estudios de la Organización de las
Naciones Unidas demuestran que alrededor del 25 % de la población de las
grandes ciudades sufre trastornos auditivos. La contaminación acústica se ha
convertido en los últimos años en una forma grave � espcífica de polución
urbana, que afecta profundamente a los habitantes de las grandes ciudades.
Hasta hace no mucho tiempo, este tipo de degradación ambiental ha pasado
inadvertido para ecologistas, asociaciones de protección de la naturaleza �
ciudadanos de a pie. El ruido de bocinas, motocicletas de escape libre,
taladradoras, atascos, martillos neumáticos, gritos humanos � ladridos animales,
discotecas, aviones � ambulancias ha pasado a formar parte de la banda sonora
de la ciudad, � sus habitantes se han acostumbrado a vivir con esta
ensordecedora música de fondo. Hace una década, el doctor Mustafá Kamal
Tolba, entonces director ejecutivo del Programa de las Naciones Unidas para el
Medio Ambiente (PNUMA), colocó el ruido en cabeza de las listas de
contaminates. «Es más difícil tomar medidas contra el sonido, como
contaminante acústico, que contra la propia contaminación del agua � del aire»,
aseguró. «El ruido es omnipresente � tiende a aumentar en la medida del
incremento industrial mundial, sobre todo debido al aumento del parque
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