Песнь о Моем Сиде. Филиппова Т.Н. - 6 стр.

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Nadie hospeda al Cid. Sólo una niña le dirige
la palabra para mandarle alejarse. El Cid se ve
obligado a acampar fuera de la población, en la glera
Conbidar le ien de grado, mas ninguno non osava:
el rey don Alfonsso tanto avie la grand saña.
Antes de la noche en Burgos dél entró su carta,
con grand recabdo e fuertemientre seellada:
que a mio Ç id Roy Díaz que nadi nol diessen posada
e aquel que gela diesse sopiesse vera palabra
que perderie los averes e más los ojos de la cara.
e aun demás los cuerpos e las almas.
Grande duelo avien las yentes cristianas;
ascóndense de mió Ç id, ca nol osan dezir nada.
El Campeador adeliñó a su posada;
así como llegó a la puorta, fallóla bien çerrada,
por miedo del rey Alfons, que assí lo pararan:
que si non la quebrantás, que non gela abriessen por nada.
Los de mió Ç id a altas vozes llaman
los de dentro non les querién tornar palabra.
Aguijó mio Ç id, a la puerta se llegaua,
sacó el pie del estribera, una ferídal dava;
non se abre la puerta, ca bien era çerrada.;
Una niña de nuef años a ojo se parava:
"Ya Campeador, en buena çinxiestes espada!
El rey lo ha vedado, anoch dél entró su carta,
con grand recabdo e fuertemientre seellada.
Non vos osariemos abrir nin coger por nada;
si non, perderiemos los averes e las casas,
e aun demás los ojos de las caras.
Ç id, en el nuestro mal vos non ganades nada;
mas el Criador vos vala con todas sus vertudes santas."
Esto la niña dixo e tornós pora su casa.
Ya lo vede el Ç id que del rey non avie graçia.
Partiós dela puerta, por Burgos aquijavua,
llegó a Santa María, luego descavalga;
fincó los inojos, de coraçón rogava.
La oraçión fecha, luego cavalgava;
salió por la puerta e Arlançón passava.
Cabo Burgos essa villa en la glera posava,
fincava la tienda e luego descavalgava.
Mio Ç id Roy Díaz, el que en buena çinxo espada,
posó en la glera quando nol coge nadi en casa;
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Nadie hospeda al Cid.— Sólo una niña le dirige
la palabra para mandarle alejarse.— El Cid se ve
obligado a acampar fuera de la población, en la glera

Conbidar le ien de grado, mas ninguno non osava:
el rey don Alfonsso tanto avie la grand saña.
Antes de la noche en Burgos dé l entró su carta,
con grand recabdo e fuertemientre seellada:
que a mio Ç id Roy Díaz que nadi nol diessen posada
e aquel que gela diesse sopiesse vera palabra
que perderie los averes e más los ojos de la cara.
e aun demás los cuerpos e las almas.
Grande duelo avien las yentes cristianas;
ascóndense de mió Ç id, ca nol osan dezir nada.
El Campeador adeliñó a su posada;
así como llegó a la puorta, fallóla bien çerrada,
por miedo del rey Alfons, que assí lo pararan:
que si non la quebrantás, que non gela abriessen por nada.
Los de mió Ç id a altas vozes llaman
los de dentro non les querié n tornar palabra.
Aguijó mio Ç id, a la puerta se llegaua,
sacó el pie del estribera, una ferídal dava;
non se abre la puerta, ca bien era çerrada.;
Una niña de nuef años a ojo se parava:
"Ya Campeador, en buena çinxiestes espada!
El rey lo ha vedado, anoch dé l entró su carta,
con grand recabdo e fuertemientre seellada.
Non vos osariemos abrir nin coger por nada;
si non, perderiemos los averes e las casas,
e aun demás los ojos de las caras.
Ç id, en el nuestro mal vos non ganades nada;
mas el Criador vos vala con todas sus vertudes santas."
Esto la niña dixo e tornós pora su casa.
Ya lo vede el Ç id que del rey non avie graçia.
Partiós dela puerta, por Burgos aquijavua,
llegó a Santa María, luego descavalga;
fincó los inojos, de coraçón rogava.
La oraçión fecha, luego cavalgava;
salió por la puerta e Arlançón passava.
Cabo Burgos essa villa en la glera posava,
fincava la tienda e luego descavalgava.
Mio Ç id Roy Díaz, el que en buena çinxo espada,
posó en la glera quando nol coge nadi en casa;