Живопись Испании. Веласкес. Корнева В.В. - 8 стр.

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iconográfico, sustituyéndola por una interpretación humana, tan acorde con la
forma de expresar los asuntos de Velázquez.
Cristo crucificado (1632)
La bella imagen de Cristo en el centro del lienzo y dispuesta frontalmente
al espectador, destaca, iluminada sobre su fondo neutro, oscuro. Velázquez se
atiene a la iconografía del Cristo de cuatro clavos vigente en Sevilla en el siglo
XVII descrita por un mínimo paño de pureza, revela la asimilación de los
modelos vistos en Italia, si bien prevalece en su interpretación la dignidad, la
sobriedad y la nobleza.
Este Cristo llama la atención del espectador por su serena gravedad,
totalmente alejada de cualquiera exhibición de dolor o misticismo. Tiene la
majestad que Velázquez conquistó en Italia tras su primer viaje y un modelado
algo italianizado. Aún le queda algo del claroscuro de los tenebristas. No hay
magulladuras, desgarros, manchas sangrientas, sino un cuerpo limpio y
armonioso, de elegante compostura, que sugiere más amor que el pánico.
VII. Responda Ud. a las preguntas siguientes:
1. ¿Cómo explicaría Ud. la escacez de cuadros de temas religiosos en la
creación de Velázquez?
2. ¿Qué sujetos de las Escrituras Sagradas atraen la atención del pintor?
3. ¿En qué consiste la diferencia en la interpretación de temas religiosos en la
obra de Velázquez y en la de sus contemporáneos?
Bodegones
Velázquez durante su adolescencia sevillana pintaba bodegones. El tema
del bodegón es una cocina, o la mesa de una taberna donde hay platos, botellas,
cántaros, hortalizas, pescados y algunas figuras humanas de las clases sociales
más humildes. En el bodegón no pasa nada, ni aparece objeto alguno importante,
ni se busca en la composición una arquitectura rítmica de formas. El bodegón es
la trivialidad pintada.
El desayuno (1617-1618)
Concluida la época de aprendiz, el joven pintor se dedicó a la
representación de escenas populares, de bodegones. El cuadro "El desayuno"
nos conduce a una posada, en donde 3 personas se encuentran agrupadas
alrededor de una mesa. A la izquierda ha tomado asiento un ansiano de barbas
que mira con atención hacia el joven que se encuentra frente a él. Con el pulgar
de la mano derecha señala hacia el mozo alegre del centro, quien levanta una
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iconográfico, sustituyéndola por una interpretación humana, tan acorde con la
forma de expresar los asuntos de Velázquez.

      Cristo crucificado (1632)

       La bella imagen de Cristo en el centro del lienzo y dispuesta frontalmente
al espectador, destaca, iluminada sobre su fondo neutro, oscuro. Velázquez se
atiene a la iconografía del Cristo de cuatro clavos vigente en Sevilla en el siglo
XVII descrita por un mínimo paño de pureza, revela la asimilación de los
modelos vistos en Italia, si bien prevalece en su interpretación la dignidad, la
sobriedad y la nobleza.
       Este Cristo llama la atención del espectador por su serena gravedad,
totalmente alejada de cualquiera exhibición de dolor o misticismo. Tiene la
majestad que Velázquez conquistó en Italia tras su primer viaje y un modelado
algo italianizado. Aún le queda algo del claroscuro de los tenebristas. No hay
magulladuras, desgarros, manchas sangrientas, sino un cuerpo limpio y
armonioso, de elegante compostura, que sugiere más amor que el pánico.

VII. Responda Ud. a las preguntas siguientes:
1. ¿Cómo explicaría Ud. la escacez de cuadros de temas religiosos en la
   creación de Velázquez?
2. ¿Qué sujetos de las Escrituras Sagradas atraen la atención del pintor?
3. ¿En qué consiste la diferencia en la interpretación de temas religiosos en la
   obra de Velázquez y en la de sus contemporáneos?


      Bodegones

        Velázquez durante su adolescencia sevillana pintaba bodegones. El tema
del bodegón es una cocina, o la mesa de una taberna donde hay platos, botellas,
cántaros, hortalizas, pescados y algunas figuras humanas de las clases sociales
más humildes. En el bodegón no pasa nada, ni aparece objeto alguno importante,
ni se busca en la composición una arquitectura rítmica de formas. El bodegón es
la trivialidad pintada.

      El desayuno (1617-1618)

      Concluida la época de aprendiz, el joven pintor se dedicó a la
representación de escenas populares, de bodegones. El cuadro "El desayuno"
nos conduce a una posada, en donde 3 personas se encuentran agrupadas
alrededor de una mesa. A la izquierda ha tomado asiento un ansiano de barbas
que mira con atención hacia el joven que se encuentra frente a él. Con el pulgar
de la mano derecha señala hacia el mozo alegre del centro, quien levanta una