Живопись Испании. Гойя. Корнева В.В. - 11 стр.

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anterior, donde se resume la genialidad de Goya, que, interpretando el
sentir popular, ha sabido concentrar todos los elementos en una sola
dirección, que es la figura de la reina, sin romper con el protocolo.
"Autorretrato"
Está firmado como "Fr. Goya /Aragonés. Por el mismo". Aunque
no está fechado, por su semejanza con el de la Académia que está fechado
en 1814, se le consideran del mismo período. Tenía Goya 69 años, y es
curioso, como ha sido puesto de manifiesto en numerosas ocasiones, la
impresión que produce de hallarnos delante de una persona que nos mira
atentamente para entender lo que hablamos. Es la más profunda visión
que nos ha podido dar de sí mismo.
"La duquesa de Alba y su dueña"
Deliciosa escena de interior, pintada en 1795, donde la duquesa de
Alba asusta con dije o fetiche, posiblemente de coral, a su vieja criada y
camarista, identificada desde antiguo como Rafaela Luisa Velázquez y
apodada la "Beata" por su extremada religiosidad, que con cara
aterrorizada esgrime una cruz en su mano derecha a manera de conjuro.
El cuadro está tratado con el cariño de lo familiar pues la escena parece
haber sido presenciada por el propio artista. El fondo neutro y muy
uniforme, apenas oscurecido por las sombras de las figuras, contrasta con
la técnica miniaturística utilizada en los adornos del vestido de la
duquesa.
"La Maja vestida" y "La Maja desnuda"
Las dos obras más famosas de Goya ofrecen el gran atractivo del
desconocimiento que tenemos de la identidad de la joven que posó para
Goya. Esos retratos fueron considerados pinturas obscenas por la
Inquisición, y Goya tuvo por esta causa algunos problemas. Aunque no
hay apenas diferencias entre las dos composiciones, si exceptuamos el
vestido, la técnica de "La Maja vestida" es más suelta, de amplias
pinceladas, y el colorido más audaz, con la introducción del amarillo de la
chaquetilla y el rosáceo de la banda que a manera de faja envuelve su
cintura. Todo ello ha hecho pensar que podría haber sido pintada después
que la desnuda, e incluso se ha supuesto que ésta hubiese servido de telón
a aquélla. También puede pensarse que están en lo cierto quienes sitúan a
ambas dentro de la misma época, 1795-98, y defienden que la diferencia
técnica haya podido ser hecha con toda intención por Goya, para
conseguir las calidades deseadas de sensualidad y rugosidad.
En el caso de la desnuda su pincelada es cuidada, esmaltada, dando
lugar a una superficie brillante y aterciopelada de sugerente aspecto
sensual. La entonación cromática es perfecta a base de verdes, grises,
blancos y carnaciones resultando un colorido de gran delicadeza: por esta
técnica y colorido se ha pensado que este cuadro puede ser anterior a su
compañera en varios años, situándoase su ejecución hacia 1795, o incluso
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anterior, donde se resume la genialidad de Goya, que, interpretando el
sentir popular, ha sabido concentrar todos los elementos en una sola
dirección, que es la figura de la reina, sin romper con el protocolo.
       "Autorretrato"
       Está firmado como "Fr. Goya /Aragonés. Por el mismo". Aunque
no está fechado, por su semejanza con el de la Académia que está fechado
en 1814, se le consideran del mismo período. Tenía Goya 69 años, y es
curioso, como ha sido puesto de manifiesto en numerosas ocasiones, la
impresión que produce de hallarnos delante de una persona que nos mira
atentamente para entender lo que hablamos. Es la más profunda visión
que nos ha podido dar de sí mismo.
       "La duquesa de Alba y su dueña"
       Deliciosa escena de interior, pintada en 1795, donde la duquesa de
Alba asusta con dije o fetiche, posiblemente de coral, a su vieja criada y
camarista, identificada desde antiguo como Rafaela Luisa Velázquez y
apodada la "Beata" por su extremada religiosidad, que con cara
aterrorizada esgrime una cruz en su mano derecha a manera de conjuro.
El cuadro está tratado con el cariño de lo familiar pues la escena parece
haber sido presenciada por el propio artista. El fondo neutro y muy
uniforme, apenas oscurecido por las sombras de las figuras, contrasta con
la técnica miniaturística utilizada en los adornos del vestido de la
duquesa.
       "La Maja vestida" y "La Maja desnuda"
       Las dos obras más famosas de Goya ofrecen el gran atractivo del
desconocimiento que tenemos de la identidad de la joven que posó para
Goya. Esos retratos fueron considerados pinturas obscenas por la
Inquisición, y Goya tuvo por esta causa algunos problemas. Aunque no
hay apenas diferencias entre las dos composiciones, si exceptuamos el
vestido, la técnica de "La Maja vestida" es más suelta, de amplias
pinceladas, y el colorido más audaz, con la introducción del amarillo de la
chaquetilla y el rosáceo de la banda que a manera de faja envuelve su
cintura. Todo ello ha hecho pensar que podría haber sido pintada después
que la desnuda, e incluso se ha supuesto que ésta hubiese servido de telón
a aquélla. También puede pensarse que están en lo cierto quienes sitúan a
ambas dentro de la misma época, 1795-98, y defienden que la diferencia
técnica haya podido ser hecha con toda intención por Goya, para
conseguir las calidades deseadas de sensualidad y rugosidad.
       En el caso de la desnuda su pincelada es cuidada, esmaltada, dando
lugar a una superficie brillante y aterciopelada de sugerente aspecto
sensual. La entonación cromática es perfecta a base de verdes, grises,
blancos y carnaciones resultando un colorido de gran delicadeza: por esta
técnica y colorido se ha pensado que este cuadro puede ser anterior a su
compañera en varios años, situándoase su ejecución hacia 1795, o incluso