Учебное пособие по аналитическому чтению на испанском языке. Бессарабова Г.А. - 32 стр.

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historia de España le llevará a conclusiones sin duda no muy
descaminadas, como las que contiene nuestro texto: a España le ha faltado
siempre una minoría selecta que encauce los destinos del país, que cree obras
artísticas o científicas con individualidad..., una minoría superior. Si Ortega no
habla de decadencia es porque España ha estado mal constituida desde el
principio. La fuerza de la minoría no se manifestó ni siquiera en la época feudal
española, porque aquí no hubo un feudalismo poderoso, desde entonces ha
faltado esa individualidad que el autor tanto echa de menos. La gran desgracia
de la historia española ha sido la carencia de minorías egregias y el imperio
imperturbado de las masas.
No se puede pasar por alto su afá n histórico de selección que lleva a odiar
lo popular considerá ndolo vulgar y plebeyo; un ejemplo de ello aparece al final
del segundo pá rrafo del texto.
En estos años en que registra la juventud española un apasionado deseo de
regeneración, se aspira a incorporar el país en las corrientes renovadoras del
mundo moderno, en los nuevos aires europeos. Europa se convierte en el
modelo que hay que imitar y pensando en ello dice Ortega en este fragmento:
Compárese el conjunto de la historia de Inglaterra y Francia con nuestra
historia nacional...
Francia e Inglaterra ocupan un lugar destacado ante los ojos del autor,
porque tienen lo que a España siempre le ha faltado: individuos con una actitud
personal. Sin embargo años más tarde, ante la crisis europea, Ortega señalará
como causa el mismo defecto que había advertido en España, oponiendo al
principio de igualdad el de jerarquía.
La obra de José Ortega y Gasset, de la que este texto es una importante
muestra, se hace eco de los problemas de su tiempo, vistos desde el punto de
vista del propio autor; desde aquel que le permiten su época y sus
circunstancias, aportando una visión personalísima y por ello discutible, de la
historia de España.
CONTENIDO Y EXPRESION
Ortega es un filósofo, sin embargo no deja de trabajar su prosa hasta
conseguir una gran precisió n. Precisión que se demuestra en las ideas que
expresa con un gran rigor conceptual. Estamos ante un lenguaje máximamente
denotativo que intenta comunicar con la menor pérdida posible de contenido.
La metá fora es utilizada por el autor, más que como un adorno, como un
recurso para facilitar la comprensió n de la idea. Ella presenta tembién la
perspectiva personal del autor que une dos parcelas distintas de la realidad
mediante la metá fora. Es, quizá s, su forma personal de mirar las cosas que,
ademá s, se presentan más claras ante el lector: Es extraño que de nuetra
historia no se haya espumado el rasgo...que es a la mano; El pueblo...no puede
destilar de las emociones...;...obra aislada y abrupta no ha conseguido
libertarse...de una ganga plebeya o vulgar;...saltará a la vista...
Los adjetivos, bien antepuestos o pospuestos, le ayudan a comunicar con el
lector, en su deseo de presentarle, lo má s clara posible, la realidad.
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historia de España le llevará a conclusiones sin duda no muy
descaminadas, como las que contiene nuestro texto: a España le ha faltado
siempre una minoría selecta que encauce los destinos del país, que cree obras
artísticas o científicas con individualidad..., una minoría superior. Si Ortega no
habla de decadencia es porque España ha estado mal constituida desde el
principio. La fuerza de la minoría no se manifestó ni siquiera en la época feudal
española, porque aquí no hubo un feudalismo poderoso, desde entonces ha
faltado esa individualidad que el autor tanto echa de menos. La gran desgracia
de la historia española ha sido la carencia de minorías egregias y el imperio
imperturbado de las masas.
     No se puede pasar por alto su afán histórico de selección que lleva a odiar
lo popular considerándolo vulgar y plebeyo; un ejemplo de ello aparece al final
del segundo párrafo del texto.
    En estos años en que registra la juventud española un apasionado deseo de
regeneración, se aspira a incorporar el país en las corrientes renovadoras del
mundo moderno, en los nuevos aires europeos. Europa se convierte en el
modelo que hay que imitar y pensando en ello dice Ortega en este fragmento:
Compárese el conjunto de la historia de Inglaterra y Francia con nuestra
historia nacional...
    Francia e Inglaterra ocupan un lugar destacado ante los ojos del autor,
porque tienen lo que a España siempre le ha faltado: individuos con una actitud
personal. Sin embargo años más tarde, ante la crisis europea, Ortega señalará
como causa el mismo defecto que había advertido en España, oponiendo al
principio de igualdad el de jerarquía.
     La obra de José Ortega y Gasset, de la que este texto es una importante
muestra, se hace eco de los problemas de su tiempo, vistos desde el punto de
vista del propio autor; desde aquel que le permiten su época y sus
circunstancias, aportando una visión personalísima y por ello discutible, de la
historia de España.
     CONTENIDO Y EXPRESION
     Ortega es un filósofo, sin embargo no deja de trabajar su prosa hasta
conseguir una gran precisión. Precisión que se demuestra en las ideas que
expresa con un gran rigor conceptual. Estamos ante un lenguaje máximamente
denotativo que intenta comunicar con la menor pérdida posible de contenido.
      La metáfora es utilizada por el autor, más que como un adorno, como un
recurso para facilitar la comprensión de la idea. Ella presenta tembién la
perspectiva personal del autor que une dos parcelas distintas de la realidad
mediante la metáfora. Es, quizás, su forma personal de mirar las cosas que,
además, se presentan más claras ante el lector: Es extraño que de nuetra
historia no se haya espumado el rasgo...que es a la mano; El pueblo...no puede
destilar de las emociones...;...obra aislada y abrupta no ha conseguido
libertarse...de una ganga plebeya o vulgar;...saltará a la vista...
    Los adjetivos, bien antepuestos o pospuestos, le ayudan a comunicar con el
lector, en su deseo de presentarle, lo más clara posible, la realidad.